Colegio Kimy Pernía se apaga

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Escudo del colegio

Escudo del colegio

El colegio distrital Kimy Pernía, se encuentra en la localidad de Bosa, ubicada en el sector sur occidental de Bogotá. El colegio fue construido en el 2009 sobre rellenos de lo que fue el humedal de Chiguazuque. Este importante humedal ha sido descuidado por las administraciones municipales desde hace muchos años y convertido en un vertedero de desperdicios y basuras de esta localidad, ocasionándole un grave daño al manto terrestre que lo rodea y al canal del humedal. A este problema se suma la quema de llantas para reciclar metales y los hornos artesanales para la producción de carbón de leña. Ambos hechos provocan nubes de humo que invaden al colegio, afectando la salud de profesores y alumnos.

El colegio Kimy Pernía, una emblemática y moderna estructura gigante de hormigón, es la única presencia estatal en este sector de Bosa, localidad, que con alrededor de un millón de habitantes tiene una de las más altas densidades poblacionales de Bogotá.

Este ambiente deteriorado, que alguna vez fue habitado por indígenas y donde abundaba una rica fauna silvestre y bosques naturales, es el espacio donde conviven estudiantes y profesores durante las dos jornadas escolares. Los niños esperan con ansias las inundaciones para escapar de las clases y bañarse en la ciénaga de aguas putrefactas que en no pocos casos contienen cadáveres de animales abandonados.

El colegio no cuenta con rutas de acceso y muchos estudiantes llegan a pié desde sitios lejanos, lo cual se vuelve un tormento por los lodazales que se forman en épocas de lluvia. La parte de la localidad por donde se llega al colegio es un barrio olvidado, donde los jóvenes no vislumbran un futuro digno de vivir. De allí que a trabajos de subsistencia como el reciclaje, el lavado de costales y el pequeño comercio, se sumen actividades delincuenciales de bandas que se dedican al robo, al atraco y al microtráfico de narcóticos.

El colegio lleva el nombre de un líder embera katío, que con su palabra y su obra animó a todos los pueblos indígenas de Colombia a luchar por sus derechos. A luchar para que esta Nación, que también es la de ellos, todos los humillados y ofendidos tengan un lugar donde puedan desarrollar en libertad y a plenitud sus proyectos de vida.

El Kimy Pernía acoge a cerca de 3.000 estudiantes, que en su mayoría provienen de familias humildes, muchas de las cuales han llegado allí debido al conflicto armado que los expulsó de sus regiones. El Kimy Pernía es un crisol de culturas negras, indígenas, campesinas, una pequeña Colombia multiétnica y olvidada, que aspira a convertirse en un espacio de paz y convivencia que ayude a sanar las heridas y a superar el desarraigo de estos infantes.

A actuar inmediatamente para que esta llama de esperanza no se apague, estamos convocados todos los amigos del colegio Kimy Pernía. Esta es una forma de honrar la memoria de un líder indígena y curar la afrenta que le infligieron los paramilitares a su pueblo al desaparecer a este hombre excepcional por conducir a su pueblo a ese lugar de vida y de respeto a la naturaleza, que se encuentra plasmado en el mito embera katio del origen del agua, que todos los niños y niñas del colegio llevan anclados en su corazón.

Las palabras de Kimy, en embera bedea o en castellano, despertaban entusiasmo y deseos de actuar en quienes las escuchaban, por eso tuvieron que silenciarlas. ¿Será que vamos a aguantar también que se silencie el colegio y se apague este espacio de vida digna para estos infantes olvidados de la gran ciudad?

Los profesores del colegio Kimy Pernía, sus estudiantes, el Colectivo de Trabajo Jenzera y la Alianza Social Independiente, ASI, están convocando a un conversatorio para diseñar una campaña de rescate del Kimy Pernía. Más adelante comunicaremos fechas. ¡Los esperamos!

Bogotá, septiembre 2 de 2013

Dibujo de estudiante


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